
Del Desequilibrio Hormonal al Bienestar: Claves Clínicas en el Climaterio de Precisión
30 de julio de 20251. Resumen
El acné vulgar y la dermatitis atópica (DA) figuran entre las dermatosis inflamatorias más prevalentes y persistentes de la práctica clínica, con un impacto psicosocial y sanitario considerable. La evidencia acumulada demuestra que ambas entidades comparten un denominador común: la disbiosis de la microbiota cutánea, caracterizada por el desequilibrio en la abundancia relativa de especies comensales y patógenas. La medicina de precisión, apoyada en técnicas ómicas de alto rendimiento, redefine el diagnóstico y el tratamiento al permitir el mapeo metagenómico individual y la selección de intervenciones moduladoras (probióticos tópicos, fármacos dirigidos, fagoterapia, trasplante de microbiota cutánea). Este artículo revisa los mecanismos de disbiosis en acné y DA, describe las herramientas diagnósticas disponibles y sintetiza las estrategias terapéuticas emergentes, concluyendo que el abordaje personalizado del microbioma cutáneo representa la próxima frontera en dermatología.
2. Introducción: La piel como ecosistema complejo
La piel humana alberga una comunidad de bacterias, virus, hongos y arqueas que supera en número a las células propias. Este microbioma cutáneo mantiene una relación simbiótica con el huésped: educa al sistema inmunitario, compite con patógenos y contribuye al mantenimiento de la barrera física. En condiciones de eubiosis, los microorganismos coexisten en equilibrio; cuando factores intrínsecos (genéticos, inmunitarios) o extrínsecos (clima, fármacos, higiene) alteran ese balance, surge la disbiosis, potenciando inflamación y enfermedad.
El acné vulgar y la dermatitis atópica ilustran cómo un ecosistema alterado puede desencadenar inflamación crónica. El tratamiento convencional —antibióticos de amplio espectro, retinoides o inmunomoduladores— se basa en un modelo «talla única» que ignora la diversidad microbiana de cada paciente. El paradigma emergente propone estrategias de Medicina de Precisión sustentadas en el perfil metagenómico individual, que permiten terapias dirigidas y una menor alteración de la microbiota beneficiosa.
3. Disbiosis cutánea: el desequilibrio en el origen de la patología
3.1. Acné vulgar: más allá de Cutibacterium acnes
La fisiopatología clásica del acné describe la hiperqueratinización folicular, la hiperproducción sebácea y la inflamación mediada por C. acnes. Sin embargo, estudios recientes muestran que no todas las cepas son iguales: el predominio del filotipo IA1 —capaz de inducir citoquinas como IL 1β y TNF α— y la pérdida de diversidad bacterial correlacionan con lesiones inflamatorias graves. A la inversa, filotipos II y III se asocian a piel sana. La coexistencia de bacterias mutualistas como Staphylococcus epidermidis, productoras de glicerina y péptidos antimicrobianos, modula la inflamación y limita la proliferación de C. acnes patógenas.
3.2. Dermatitis atópica: la dominancia de Staphylococcus aureus
En DA, las mutaciones de filagrina y el defecto en lípidos epidérmicos comprometen la barrera cutánea, facilitando la colonización por S. aureus. Una metaanálisis reciente confirmó que los niños con DA presentan una tasa de colonización cutánea diez veces superior a la población sana (pmc.ncbi.nlm.nih.gov). Durante los brotes, la dominancia de S. aureus se acompaña de la pérdida de especies protectoras (Staphylococcus hominis, Corynebacterium striatum), perpetuando la inflamación mediante superantígenos y toxinas.
4. El enfoque de la medicina de precisión: del diagnóstico a la terapéutica
4.1. Herramientas diagnósticas de precisión
Estrategia | Mecanismo | Evidencia clínica emergente |
Probióticos tópicos | Introducción de cepas beneficiosas (p. ej., Staphylococcus epidermidis, Lactiplantibacillus plantarum). Producen bacteriocinas y modulan la inmunidad innata. | Ensayo con L. plantarum SkinDuo™ mostró reducción de lesiones inflamatorias y aumento de diversidad bacteriana tras 8 sem (pmc.ncbi.nlm.nih.gov) |
Prebióticos tópicos | Sustratos (inulina, α‑glucano oligosacárido) que favorecen el crecimiento de bacterias comensales. | Estudios piloto demuestran mejora de la hidratación y reducción de S. aureus en DA. |
Postbióticos | Lisados bacterianos y péptidos antimicrobianos que ofrecen el beneficio sin microorganismos vivos. | Formulaciones con lisado de Vitreoscilla filiformis disminuyen SCORAD en DA leve. |
Fagoterapia | Bacteriófagos específicos que lisan patógenos sin afectar la flora beneficiosa. | Modelos murinos con fagos anti‑C. acnes logran mejoría clínica superior a clindamicina (nature.com); estudios de fase I en humanos en curso. |
Trasplante de microbiota cutánea (TMC) | Aplicación de un consorcio microbiano eubiótico procedente de donantes sanos. | Casos piloto en DA muestran recolonización con S. hominis y reducción de brotes; se necesitan ensayos controlados. |
Cosmética personalizada | Formulación de cleansers y emolientes adaptados al perfil microbiano y genético del paciente. | Plataformas comerciales ofrecen kits de secuenciación + producto personalizado; evidencia aún limitada. |
5. Perspectivas futuras y desafíos clínicos
- Estandarización de técnicas: la variabilidad en el muestreo (hisopo vs. cinta adhesiva) y en pipelines bioinformáticos dificulta la comparación de estudios.
- Validación clínica: requerimos ensayos aleatorizados que correlacionen cambios microbianos con desenlaces clínicos y establezcan dosis, frecuencia y seguridad de probióticos y fagos.
- Integración asistencial: definir cuándo solicitar un microbiograma cutáneo, cómo interpretar sus resultados y cómo reembolsar estas pruebas en sistemas de salud.
- Coste efectividad: las técnicas ómicas todavía son costosas; la adopción dependerá de demostrar ahorro a largo plazo por reducción de recaídas y antibióticos.
- Ética y regulación: el uso de microorganismos vivos y transferencia de material biológico plantea retos regulatorios y de bioseguridad.
A medio plazo, la convergencia de genómica y metagenómica permitirá algoritmos que combinen SNPs del huésped (p. ej., polimorfismos de filagrina, TLR2) con la firma microbiana para guiar terapias escalonadas.
6. Conclusión
La evidencia posiciona a la disbiosis como un factor central en el acné vulgar y la dermatitis atópica. La medicina de precisión, sustentada en el perfil microbiano individual, ofrece herramientas diagnósticas y terapéuticas que trascienden el abordaje empírico tradicional. Comprender y modular la microbiota cutánea de forma individualizada no es ciencia ficción, sino la próxima frontera para reducir la carga de las enfermedades inflamatorias de la piel.
7. Bibliografía
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