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En Portugal, las estadísticas apuntan que alrededor de 800 mil personas sufren de enfermedad renal crónica y están siendo tratados 18.000 pacientes (dos tercios en diálisis y un tercio trasplantados), siendo la prevención primaria fundamental para reducir el número de personas que sufren de esta enfermedad.
La diálisis es un proceso catabólico que lleva a la desnutrición y que todos los estadios de la enfermedad renal crónica (ERC), o insuficiencia renal crónica (IRC) como es usualmente conocida, y de la DRT obligan a la evaluación, monitoreo e implementación de dietas específicas. También el síndrome nefrótico (proteinuria superior a 3,5 g / día) obliga a restricciones y dietas específicas.
Una revisión acerca de la alimentación en la Enfermedad Renal Crónica publicada en noviembre de 2017, resalta áreas importantes sobre la gestión nutricional, y defiende una dieta específica en estos pacientes para mejorar la condición clínica. Sugiere que una dieta baja en proteína puede disminuir la progresión de la dolencia y ayudar a los enfermos a evitar o aumentar el tiempo sin necesidad de diálisis, sin que haya riesgo de alteraciones del mecanismo de obtención de energía vía proteínas o caquexia.
Además, indica que debe darse preferencia al consumo de proteína vegetal, refiriéndose que esta está asociada al mejor estado general de salud, pudiendo disminuir la presión intraglomerular y proteinuria así como reducir la producción de urea.
En este aspecto se refiere incluso que las restricciones rigurosas al ingreso de potasio deben ser evitadas, ya que muchos de los alimentos ricos en potasio, como frutas y vegetales frescos, son ricos en fibra y vitaminas, presentan baja acidogénesis y son más saludables en términos cardiológicos así como menos aterogénicos que los alimentos bajos en potasio.
Concluye indicando que «dada la elevada incidencia y prevalencia de la enfermedad renal crónica y una urgente necesidad de estrategias alternativas en la gestión de la enfermedad, las intervenciones nutricionales con balizas específicas para cada patología que se dirijan al paciente y eficaces en términos de costes, pueden ayudar a la longevidad y disminuir la necesidad de diálisis».
DETALLES:
– Temática: Nutrición en la patología renal.
– Alimentación: Dieta baja en proteína preferenetemente de origen vegetal. Monitorizar y limitar la ingestión de líquidos, potasio, calcio, fósforo y sodio. Sugerir un aumento de la ingestión de ajo, canela, Zingiber officiale, Camelia sinesis y Curcuma longa.
– Fitoterapia/nutrientes: bebidas vegetales de avena o soja, linaza molida; glutatión, probioticos, Cordyceps sinensis; Cupressus sempervirens L.; Fragaria vesca; Phyllanthus spp.; Solidago virgaurea L.
– Hábitos de vida: ejercicio físico moderado, preferencia por hidrogimnasia; higiene del sueño; higiene alimentaria.
– Productos con acción beneficiosa: Renes Forte; Probiotic5, Advanced Pro, Turmeric Max Liposomado, Magnesium Citrate Liposomado, Omega 3 MaxPower.
– Enlaces de interés: UNC Kidney Health Library; An Integrative Approach to Advanced Kidney Disease in the Elderly;
Bibliografía:
Portal de Diálisis – Dia Mundial del Riñón 2017 en https://www.portaldadialise.com/articles/dia-mundial-do-rim-2017